Trabajar de una forma sana
Como profesionales que nos dedicamos a la comunicación en salud, tenemos la salud en mente a todas horas, pero ¿y la nuestra? ¿Pensamos en el efecto que tiene en nuestra salud la forma en la que trabajamos?
Yo creo que cada vez lo hacemos más (y mejor).
A raíz de la ya demasiado nombrada pandemia que nos mandó a casa, todos comenzamos un proceso de autoconocimiento profesional que ha saltado a lo personal. Al ser autoconocimiento es obvio que para cada persona este aprendizaje ha sido distinto, pero todos hemos obtenido el mismo resultado: conocernos.
Dar con la forma de trabajo que encaja con nuestra filosofía y nuestras necesidades es algo básico hoy y es asombroso que hasta 2019 no nos hubiésemos hecho esta pregunta.
Presencial, híbrido o remoto (que no remota), tres sistemas diferentes, cada uno con sus ventajas y desventajas, que han hecho que cada profesional encuentre su lugar o lo esté buscando.
Pero conocernos como profesionales va más allá de dónde o desde dónde trabajamos. Esta reorganización de prioridades nos ha llevado a darnos cuenta del KPI más importante que manejamos: el tiempo. Tic-tac. Valioso y finito.
Ahora es tendencia la soft skill (vamos, la habilidad) de la gestión del tiempo. Confieso que me compré un curso de Domestika sobre gestión del tiempo para creadores y creativos y me cuesta sacar tiempo para hacerlo. Irónico. Pero sé que es algo fundamental para conseguir el objetivo que muchos tenemos: Una jornada de trabajo que empieza y termina. Efectiva, pero sin esas eternas horas de más que estábamos acostumbrados a hacer en las agencias.
Hay algo aún más profesional que cumplir con una tarea o terminar un proyecto, hacerlo en el tiempo destinado para ello. Ya no es llegar a tiempo, es hacerlo en las horas de trabajo previstas, dentro de nuestro horario.
Sería útil que matásemos a los deadlines para pasar a hablar de planificación. Aquí es donde herramientas de gestión de proyectos como Asana, Notion o todas sus primas hermanas, se convierten en nuestras mejores amigas.
Visión global de los proyectos, conectividad entre todos los departamentos implicados y registro de toda la actividad, traducido en nada se pierde. Para mí, tres de los fuertes que nos ofrecen estas plataformas para hacer el día a día de nuestro trabajo más fácil y más sano.
Como han demostrado neurólogos expertos, la multitarea perjudica a nuestro cerebro. En palabras del Doctor René Marois, de la Universidad Vanderbilt: “Nuestro cerebro es malísimo para manejar situaciones de multitasking. En cuanto dos tareas necesitan nuestra atención, no podemos hacer ambas sin que la productividad sufra”.
Ahora piensa en tu día a día. Dos llamadas, diez emails (de los cuales, cuatro super importantes que están quemando tu bandeja de entrada), tres reuniones y las continuas notificaciones.
¿No sería mejor reunirlo todo en un mismo sitio y reducir estímulos y no duplicar comunicaciones? A mí, con solo pensarlo, me da paz mental.
Si hay una frase que sigue vigente es el menos, es más. Nos tenemos que volver minimalistas en nuestras agendas para tener menos reuniones, hacer que sean más cortas y con más foco.
Reuniones de 15 minutos para repasar las tareas diarias inspiradas en la metodología Scrum pueden ser mucho más efectivas que reuniones de una hora. La diferencia está (como en todo) en tener claro para qué la hacemos. Prepararnos previamente para una mini reunión es mucho más efectivo que entrar a una llamada como el que entra a la reunión de su grupo de ayuda.
Si nuestra forma de trabajar cada vez es más organizada y despejada, sin duda llegará el siguiente paso en la carrera de un profesional sano: el propósito. No pretendo ser utópica, sé que hay proyectos de diferentes tipologías que requieren distintas formas de abordarlos, pero si conseguimos reducir esas tareas que nos queman a diario, somos cada vez más eficientes y reservamos y destinamos el tiempo óptimo a cada proyecto, al despejarse las nubes, encontraremos ese proyecto en el que incluir el propósito en el brief. Ya sea por forma, finalidad, target o tipo de cliente. Todos deberíamos tener la experiencia de trabajar en un proyecto en el que involucrarnos de una forma más personal.
Prioridades. Gestión. Organización. Propósito.
Esto es trabajar de otra forma. Esto es trabajar en (tu) salud.