El gran privilegio de trabajar en un sector que cambia la vida de las personas
El gran privilegio de trabajar en un sector que cambia la vida de las personas
¿Somos conscientes del privilegio que tenemos al dedicar nuestro tiempo de vida profesional a un sector que cambia la vida de las personas?
Creo que en la vorágine de nuestro día a día, con la velocidad con la que se mueve todo, no nos paramos a pensar muchas cosas. Es una característica de nuestro mundo actual. Todo es rápido. Todo se queda desfasado muy pronto. Esta velocidad de crucero, que hemos tomado como sociedad, también dificulta poder ser consciente de aquello a lo que dedicas una parte muy importante de tu tiempo, que es el trabajo.
Cuando mis hijos van llegando a la edad en la que tienen que decidir qué estudios quieren hacer al acabar el colegio, intento indagar si hay algo que les mueve el corazón porque creo que elegir tu destino profesional con vocación es un auténtico privilegio. No todas las personas lo pueden hacer y tampoco es una tragedia, pero si eres de esas personas que decides dedicarte a algo porque realmente crees en ello y quieres aportar tu granito de arena para cambiar el mundo, eres un privilegiado.
Yo estudié medicina porque me movía ayudar a los que sufren y mi carrera profesional me llevó a trabajar en la industria farmacéutica y posteriormente en el sector de tecnología sanitaria, permitiéndome seguir luchando por aquello en lo que creo. No todos los días puedes percibirlo, pero hay momentos especiales en los que sí, y hay que disfrutarlos. Somos unos privilegiados por poder hacerlo. No trabajamos solo con números, con cuotas de mercado, planes de marketing o proyectos que favorezcan la sostenibilidad del sistema. Nosotros trabajamos para que medicamentos y productos sanitarios lleguen a las personas y, a veces en pequeña medida, y otras a lo grande, cambien sus vidas. No lo olvidemos. Sería ideal tenerlo siempre presente, pero si la actividad diaria no lo permite, al menos parémonos a pensarlo de vez en cuando. Este es un buen momento para ello. Será siempre la mejor motivación, incluso para las épocas de mucho trabajo, mucha presión o incluso decepción.
Conozco a una becaria cuyo trabajo incluía trasladar las cajas de dispositivos médicos y no encontraba motivación en ello hasta que se le ocurrió poner nombre a las cajas. En el recorrido de almacén a mensajería pesaba como a “Carmen”, “Pepe” o “Juan” les iba a cambiar la vida que ella llevará esa caja. Gran ejemplo de que no se trata de buscar constantemente nuestra vocación, si no encontrar la vocación en lo que hacemos.
En mi empresa tenemos un eslogan que dice: “Trabajamos como si los productos fueran para nuestra familia”. Lo cuento siempre en mis clases. Nunca fui tan consciente de esta realidad y de la belleza que hay contenida en esa frase hasta que, a uno de mis hijos, la tecnología sanitaria le cambió la vida.
Os animo a ello, a pensarlo. Da igual si trabajas en departamento médico, regulatorio, comercial, marketing o financiero. Todos hacemos acciones que favorecen la puesta en mercado de productos que mejoran la calidad de vida de personas. ¡Que afortunados somos!