La vacuna del coronavirus: seguridad, eficacia y fe
¿Cuáles son las claves para que la vacuna funcione? ¿Concienciará de la importancia de la investigación y la ciencia? ¿A qué retos se enfrentan la industria farmacéutica y el sistema sanitario en nuestro país? ¿La Tierra es plana?
Estas son algunas de las preguntas clave que, en tiempos de pandemia, marcan la actualidad. Bueno, la última no, es obvio que la Tierra no es plana… ¿o no es tan obvio?
Es con esta pregunta que quiero ejemplificar el que para mí es el mayor reto de la ciencia en estos momentos: la confianza. Si quiero demostrar que la Tierra no es plana, es tan “sencillo” como ascender unos cuantos quilómetros con una cámara para apreciar fácilmente la curvatura de nuestro planeta.
Decía Leonardo Da Vinci: <<La ciencia más útil es aquella cuyo fruto es el más comunicable>>. Porque en una sociedad cada vez más escéptica, en la cual el acceso a la información es infinito, surge la necesidad de separar el grano de la paja. La ciencia tiene, o mejor aún, necesita comunicar sus descubrimientos con claridad, transmitir confianza a la sociedad y disipar la incertidumbre. No basta con generar datos y datos y más datos si con ello solo se consigue abrumar. Hay que evitar volver a esa época en que se perseguía a aquellos que afirmaban que la Tierra giraba alrededor del Sol.
Y después de esta introducción, vamos al tema que nos ocupa: el coronavirus. La vacuna. Doblegar la curva. Epidemiología. Mascarilla. Negacionismo. Hablando con distintas personas, leyendo distintas fuentes y escuchando distintos medios, llego a una conclusión: la ciencia avanza más rápido de lo que la sociedad está capacitada para asumir. Y no es por falta de evidencia científica o por falta de robustez en los datos, sino por lo contrario: tanta información genera sensación de ignorancia en la sociedad. No estamos logrando comunicar eficazmente.
Por ello, si queremos frenar la pandemia y lograr una vacuna que funcione, debemos transmitir confianza. La ciencia no es cuestión de fe. No es un ente desconocido al que respetar por puro instinto de supervivencia o por ignorancia, y por mucha eficacia y seguridad que demuestren los ensayos clínicos de la vacuna, nos ocupa a las personas que formamos parte del sector salud en este país el informar y comunicar correctamente. Si no lo hacemos, estamos destinados al caos, a tener que implementar medidas por decreto, lo que genera frustración en la sociedad y que puede derivar en protestas y altercados. Está en nuestras manos marcar la diferencia.
Y he aquí mi propuesta: debemos destinar recursos a la formación en sanidad. Hay que acercar los avances en ciencia a la sociedad. Hay que invertir que I+D+i, no solo por la pandemia, sino por necesidad, para seguir avanzando. De la misma manera que la economía es de interés general. Y no le estoy descubriendo el fuego a nadie. Decía Galileo: <<En cuestiones de ciencia, la autoridad de miles no vale más que el humilde razonamiento de un único individuo>>. O eso he leído en internet.