La humanización como principal motor en el futuro de la organización y la gestión del talento. Cristian Garrido Álvarez
CRISTIAN GARRIDO ÁLVAREZ
ALUMNO DEL MBA MADRID
La humanización como principal motor en el futuro de la organización y la gestión del talento
El éxito constituye el resultado del trabajo bien hecho, algo que nace a partir de nosotros, y que influye de manera directa en la empresa de la que formemos parte. Este éxito no solo hace que una compañía sea capaz de competir dentro del mercado, sino que se sitúe en lo más alto liderando el sector, diferenciándola de la competencia.
Si bien es cierto que se han establecido diversas pautas a través de estudios que constituyen claves para alcanzar el éxito (acercamiento al cliente, hacer lo que se sabe hacer, movilización alrededor de una idea clave, etc.), al final cada compañía va a estar influenciada en gran medida por una serie de factores internos dentro de la misma, y externos con el resto de la competencia. Identificar esos factores y traducirlos en ventajas competitivas harán que esa compañía alcance sus objetivos propuestos, y por lo tanto el éxito.
A nivel de organización
Si pensamos en el proceso del cambio a lo largo de los años, podemos visualizar una curva exponencial; esto es, vivimos en un mundo cada vez más cambiante, y la única forma de sobrevivir a él es adaptándose a esos cambios. A nivel de compañía, hemos ido pasando de organizaciones centralizadas, donde las decisiones eran tomadas por lo más alto de la pirámide, a estructuras descentralizadas, donde las decisiones se van delegando en las diferentes unidades de negocio con el fin de alcanzar los objetivos globales de la compañía. Así mismo, las organizaciones flexibles y con pocas diferenciaciones a nivel de jerarquización son las que mejor se acaban adaptando al mundo actual donde la permanencia es algo efímero. Hemos pasado de organigramas verticales donde la alta dirección constituía la cima de la organización, y a partir de ella se iban sub-dividiendo otras unidades, a aquellos donde el cliente ha pasado a ocupar este primer puesto.
Las compañías que quieran alcanzar las claves del éxito a nivel de organización en el futuro deberán saber anticiparse a las tendencias del mercado y a las necesidades de sus clientes. Deberán tener en cuenta los sectores disruptivos que aún no se han creado, pero que se desarrollarán en sectores con el fin de alcanzar la mejoría. Los mercados emergentes, la integración del cliente, el servicio electrónico, o la vulneración de los códigos de seguridad serán otros aspectos con los que la compañía deberá estar preparada en el futuro.
A nivel de gestión del talento
Hasta hace poco, la automatización implicaba progreso, y la pérdida del capital humano parece que iba de la mano de este factor. Sin embargo en el mercado actual el cliente es la piedra angular alrededor de la cual gira una compañía, y para satisfacer las necesidades de ese cliente es necesario un componente humano que se meta en la piel de la persona que quiere comprar un determinado producto. El componente emocional está cada vez más presente en nuestra sociedad. Queremos que se nos dé importancia y sentirnos únicos, no que nos dejen a cargo de un contestador automático, o que nos llegue publicidad de todo tipo a nuestro correo sin importar el tráfico de datos que circula con nuestra información personal.
La gestión del talento es uno de los recursos más valiosos de nuestro siglo, ya que las personas de la compañía constituyen los engranajes que harán que la cadena de producción siga adelante. Sin embargo, no debemos olvidarnos de su mantenimiento, con el fin de que esos engranajes sigan girando de forma eficiente.
La teoría parece fácil, pero a la hora de ponerla en práctica se debe prestar especial atención a todas las decisiones que influyen en las personas de una compañía (contratos, capacitación, prestaciones, etc.), ya que toda esta toma de decisiones va a conformar la filosofía de la compañía.
Al igual que con la gestión de la organización, en el caso del capital humano también se pueden diferenciar dos vertientes:
– Antiguamente existía un modelo centralizado que provocaba desconfianza hacia la alta dirección, con una participación nula en la toma de objetivos que provocaba miedo y anulaba la iniciativa propia y la creatividad para dejar paso a la subordinación absoluta.
– Actualmente, y la vertiente que se adoptará en el futuro será totalmente opuesta la de arriba. En este modelo la alta dirección confiará cada vez más en sus subordinados, la toma de decisiones generalmente estará descentralizada, y la creatividad y la motivación del personal supondrán el principal motor que lleve al éxito a la empresa.
Aunque la tecnología es algo innegable que genera productividad a la compañía, a día de hoy casi todas poseen en mayor o menor medida ese componente. Sin embargo, para diferenciarse de la competencia el éxito va a residir en la capacidad de innovación y flexibilidad que tengan los empleados dentro de la organización, y la capacidad para adaptarse a los cambios.
Es por esto que invertir en gestión del talento para el futuro de la compañía será algo imprescindible para el desarrollo y la continuidad de la misma.