Talento, emociones y empatía
Si somos capaces de gestionar bien nuestras emociones, podremos evitar que la ansiedad interfiera negativamente en nuestra capacidad de comunicación y podremos regular nuestros estados de ánimo.
En el sector farmacéutico, la carga de trabajo y el nivel de exigencia crece año a año.
La gestión de las emociones nos puede ayudar a canalizar y relativizar las situaciones estresantes que se dan con frecuencia en nuestra profesión.
También nos ayudará a aumentar la capacidad para automotivarnos y de convertir los problemas en oportunidades. Es la actitud con que afrontamos las situaciones la que cambia cuando hemos desarrollado la Inteligencia Emocional.
Y por supuesto, podremos aumentar la capacidad para empatizar con los demás. Este aspecto es quizás el más relevante de la Inteligencia Emocional, y está íntimamente relacionado con el talento personal.