FACT-CHECKING SANITARIO: UNA VERDADERA URGENCIA
El mítico periodista Ernesto Sáenz de Buruaga solía finalizar sus intervenciones con la ya mítica frase “así son las cosas y así se las hemos contado”, asentando con ello las bases de la credibilidad del trabajo periodístico al asegurar a su audiencia que el relato era el reflejo fiel del hecho mismo.
Sin embargo, la realidad de la praxis informativa es muy distinta. Todos podemos traer a la mente con relativo poco esfuerzo casos de fuentes no contrastadas, informaciones incompletas, aseveraciones de dudosa base científica… Cierto es que esta realidad está cambiando gracias al compromiso y el esfuerzo de numerosos fact-checkers, profesionales de la información que se esfuerzan cada día por trasladar a la sociedad datos ciertos y hacerlo, además, sin tergiversar. No obstante, cabe preguntarse si en una cuestión tan importante como es la salud pública es suficiente un nivel de comprobación de este tipo, y a continuación lanzar el desafío de crear comités 100% sanitarios de fact-checking al servicio del público y los profesionales de la información.
Por nuestra parte creemos que la constitución de un comité o grupo de estas características viene siendo imprescindible en la era post-pandemia (aunque ya lo era antes y durante) a la luz de las tendencias escépticas que han surgido y anidado en el seno de la población. Y creemos, además, que no debería tratarse de una iniciativa privada y aislada movida por el altruismo, sino una responsabilidad que deberían contraer las sociedades médicas, implicando en ello a los propios profesionales.
Hasta ahora se han dado casos de respuesta ante informaciones equívocas o interesadas por parte de colegios y sociedades, siempre a posteriori de informaciones ya publicadas, comúnmente en forma de carta o comunicado. Sin embargo, este tipo de acciones de comunicación no surten ningún efecto puesto que la información ya se ha difundido de manera errónea y cuesta más desmentir que prevenir. Sin mencionar la escasa cobertura que un medio cualquiera da habitualmente a sus propias rectificaciones. Mandar una carta a un medio no es la forma de obtener la mayor visibilidad.
Por eso, apostamos por la creación de un medio propio que centralice esta labor, que cultive y favorezca una relación fluida prensa-sanitarios, que ofrezca la resolución de consultas antes de la publicación de artículos de prensa y que ponga herramientas de consulta fiables con respuestas rápidas al alcance del público general. Un ejercicio similar al que realizan los filólogos y lingüistas que están detrás de las respuestas que la RAE ofrece a las dudas de los usuarios.
Un medio independiente, 100% profesional, accesible y en constante movimiento para promover actitudes responsables frente a la información sanitaria.