El éxito de las compañías viene determinado por su elemento más importante; las personas. Albert Vila Momblona
ALBERT VILA MOMBLONA
ALUMNO DEL MBA BARCELONA
El éxito de las compañías viene determinado por su elemento más importante; las personas. En este sentido la alineación de los trabajadores con los valores, cultura y objetivos de la empresa es fundamental.
En un entorno cambiante y donde el rol de recursos humanos está adquiriendo un toque más personal, su importancia en el éxito de la compañía irá en aumento. La incorporación, desarrollo y la retención del talento son los pilares para el desarrollo de las compañías, especialmente en épocas de crecimiento donde la competencia entre las diferentes compañías para atraer talento será más fuerte y agresiva. Evitar la fuga de talento se convierte, entonces, en una cuestión vital para el éxito y supervivencia de la propia compañía.
En esta nueva época las compañías deben adaptarse a su personal, ofreciendo más flexibilidad a sus trabajadores. Esto se traducirá en jornadas flexibles, la promoción del teletrabajo y el fomento de la productividad, en detrimento de largas jornadas en la oficina y el presentismo. De hecho, en Suiza, donde en este sentido están más avanzados, algunas empresas ya están poniendo a prueba las jornadas laborales de seis horas, permitiendo a los trabajadores una mayor conciliación laboral y familiar, fomentando el descanso y la motivación de los trabajadores.
Intentar hacer sentir a los trabajadores a gusto, aportar las herramientas necesarias para su desempeño laboral y favorecer su desarrollo contribuirán también al éxito de las empresas. La formación de las personas como pilar para su desarrollo será fundamental, y es que ya lo predijo Henry Ford; The only thing worse than training your employees and having them leave is not training them and having them stay (sólo hay una cosa más cara que formar a las personas y que se marchen: no formarlas y que se queden). Las compañías deberán intentar conocer mejor a los trabajadores, saber qué trabajadores están a gusto como están e identificar a aquellos con potencial e intención de crecer dentro de la compañía. Cabe recordar pero, que ambos tipos de trabajadores contribuirán al funcionamiento de la empresa.
La organización de las empresas también se verá afectada. Ya se está pasando de la estructura vertical a una estructura más horizontal, con más mandos intermedios que favorece la interacción trabajador – manager, haciendo sentir al trabajador más incorporado en la empresa y sintiéndose más escuchado. También la estructura global de las empresas está pasando a una estructura enfocada en áreas especializadas o business units, donde los empleados tienen conocimientos más específicos y pueden aportar un mayor conocimiento y experiencia.
En estos años, donde los cambios se producen cada vez más rápidos y en mayor número, mirar hacia el futuro adquiere cada vez un rol más importante también. Saber qué personal se necesitará en los años venideros será vital para poder adaptar las personas adecuadas para conseguir llenar los puestos de trabajo que se demandarán. Esto, requiere de un gran esfuerzo y de muchos recursos. No sólo se deberá identificar que personas se van a necesitar y formarlas, sino identificar dentro de la propia compañía (o fuera) a aquellos que puedan ser capaces de ocupar dichos puestos.
Por último, el fomento dentro de la compañía de la comunicación y del trabajo en equipo y la transmisión de conocimiento de los trabajadores con más experiencia contribuirá al crecimiento individual de las personas de la compañía y, como consecuencia, al crecimiento y buen desempeño de la empresa.