COMUNICAR PARA DESESTIGMATIZAR
Hace unas semanas nos llegó a la agencia un brief que me hizo reflexionar, una vez más, sobre lo fundamental que es que desde las agencias de comunicación en salud hablemos sobre la importancia que tiene conocer y comunicar bien para reforzar la investigación científica. En este caso, sobre las enfermedades que afectan principalmente a las mujeres y también sobre todo lo que rodea al ciclo menstrual.
La reflexión vino de la mano de, los aun omnipresentes, tabúes y estigmas asociados a la salud. El brief hablaba de la menopausia, ese momento vital de las mujeres en el que, a la par que lidias con una sintomatología realmente complicada ante los ojos de la sociedad dejas de ser joven, fértil y pasas a ser vieja e incapaz. Esto no es una exageración, esto sigue siendo así.
Me doy cuenta de que “Estar menopáusica” sigue siendo un término despectivo que se utiliza a la ligera en una sociedad en la que hay poquísima información sobre cómo navegar en esta nueva etapa vital. Es básico que se consideren los síntomas de una manera seria y que entendamos cómo afectan a la calidad de vida de las mujeres. También que se insista en investigar para encontrar un tratamiento seguro.
Otro gran síntoma tabú sobre el que tenemos la responsabilidad de seguir hablando es de la dismenorrea, un ejemplo perfecto de como algo “que da mucha vergüenza” ha pasado a ser un problema del que la sociedad ha tomado conciencia gracias al boca a boca de las mujeres. Tan transcendental ha sido el comenzar a hablar de la no banalización del dolor menstrual que ha supuesto que la ciencia comience por fin a poner foco en una enfermedad tan terrible como la endometriosis. Informar correctamente sobre los síntomas supone que las pacientes, que por cierto llevan más de 20 años sin nuevos tratamientos, puedan conocer la causa de su dolor, tengan un diagnóstico y aspiren a una calidad de vida decente.
No dudo de que habrá que esperar unos años hasta llegar a ver tratamientos seguros y eficaces, pero sin duda está en mano de los y las profesionales de la comunicación en salud trabajar duro para eliminar, por fin, los estigmas en torno a temas sanitarios y acelerar al máximo el proceso.
Al fin y al cabo, si nadie habla de ello significa que no existe.