Centrar los esfuerzos en “modernizarse” para superar los retos. Anne Guixé Simon
ANNA GUIXÉ SIMON
ALUMNA MBA BARCELONA
El Sistema Nacional de Salud (SNS) español, es uno de los mejor considerados a nivel mundial. Sin embargo, debido a las reformas y recortes implementados en los últimos años, junto con otros retos que han ido apareciendo, el sistema ha empezado a ser insostenible. El sistema actual debería centrar sus esfuerzos en “modernizarse” para superar estos retos a los que se afronta:
– Envejecimiento de la población y aumento de la esperanza de vida.
– Cronificación de algunas enfermedades.
– Coste elevado de las nuevas terapias (más personalizadas y con alta tecnología para su desarrollo).
En un sistema donde tienen un papel importante tantos agentes, es necesario hacer una remodelación para integrarlos todos y que funcionen paralelamente. Los principales agentes que intervienen en la sostenibilidad del sistema, y que deben modificarse son:
– Administración: actualmente la competencia sanitaria está transferida a cada una de las Comunidades Autónomas (CCAA), sin embargo, existen grandes desigualdades entre las distintas comunidades que afectan a los colectivos más débiles de la población y que no benefician a la sostenibilidad del sistema. Donde el objetivo final debería ser una cobertura general para toda la población, actualmente priman los intereses políticos y económicos y hacen que las comunidades compitan entre ellas. La solución sería que en todas las comunidades se tenga acceso a las mismas pruebas diagnósticas, mismos tratamientos para el cáncer u otras enfermedades, misma accesibilidad a todos los medicamentos autorizados. Es en este punto donde el Consejo Interterritorial del SNS juega un papel importante. Su función es promover la cohesión del SNS mediante la coordinación, cooperación, comunicación e información de los servicios de salud, entre ellos y con la Administración del Estado. Las recomendaciones y acuerdos de cooperación que se formalizan no siempre se cumplen, y es aquí donde el Consejo Interterritorial debería presionar a las CCAA para llevar a cabo todos estos proyectos.
– Profesionales sanitarios: los profesionales sanitarios no solamente prescriben los medicamentos, sino que tienen otras actuaciones que tienen un impacto directo en el sistema como por ejemplo prescripción de bajas laborales, pruebas diagnósticas complementarias, derivaciones a especialistas, ingresos, etc. Para aprovechar los recursos existentes y no hacer un uso más eficiente de ellos, podría fomentarse la creación de unidades de gestión que involucren también a los profesionales sanitarios en la toma de decisiones, e incentivar a los equipos que mejor gestionen sus recursos con retribuciones directas o mediante recursos materiales, financiación para investigación, etc.
– Pacientes: los pacientes tienen un papel activo en el sistema y es por este motivo que deben ser conscientes de los recursos de los que disponen y de cómo hacer un uso eficiente de ellos. Es primordial una buena educación temprana y hacer un seguimiento de aquellos pacientes con factores de riesgo para prevenir algunas enfermedades que derivan de ellos como tabaquismo, alcoholismo, enfermedades cardiovasculares. Invertir en la prevención y educación tendrá resultados positivos a largo plazo que supondrán un ahorro para el sistema. Otro punto importante a considerar son las Asociaciones de Pacientes, que tienen un impacto directo sobre las Administraciones, y sería necesario apoyarlas con ayudas públicas, involucrarlas en ensayos clínicos, informar de estudios en fase II y fase III para posibles futuros fármacos.
– Información digital (Big Data): sería necesario conseguir la total implementación de la tarjeta individual y la receta e historia clínica electrónicas para obtener el máximo rendimiento de las nuevas tecnologías y el Big Data. La total digitalización del sistema, ayudaría a evitar errores en la medicación, reingresos hospitalarios, repetición de pruebas diagnósticas, etc. Otro punto a considerar, sería compartir toda esta información entre sanidad pública y sanidad privada para evitar estos mismos errores y no abusar de los recursos que nos ofrece el sistema. Por otra parte, se tienen que implementar sistemas que ayuden a filtrar toda la información almacenada para obtener aquellos datos que sean realmente de calidad y que ayuden en la mejora del sistema de salud.
Como ya se ha ido proponiendo últimamente, otro aspecto importante a revisar sería el copago en farmacia para que sea en función de la renta de cada persona y con unos máximos anuales. Aunque no considero que sea lo óptimo, a corto plazo se podrían implementar otras medidas como el copago en los ingresos a urgencias o en atención primaria, como ya se está haciendo en otros países. Una vez la población esté realmente concienciada de los gastos que asume el sistema y de la importancia de una sanidad de calidad y para todos, todas estas medidas se podrían retirar.
Los retos y consiguientes mejoras a las que tiene que afrontarse el SNS no son pocas, pero con la ayuda de todos los agentes que participan en él, se puede mejorar el sistema sanitario actual sin tener que renunciar a ninguno de los beneficios de los cuales disponemos actualmente.