El bienestar en las organizaciones ya no es un lujo
Vivimos tiempos intensos y cambiantes. Creo que nadie duda ya de esta realidad. Y a nuestra naturaleza humana le resulta difícil poner manejarse en esta situación que va en aumento. Necesitamos aprender a afrontar los retos del día a día de manera sostenible, prospera y efectiva, sin olvidarnos de nuestro bienestar.
Hace pocos años, plantearnos de hablar de bienestar en las organizaciones era algo utópico. Este aspecto se veía suscrito exclusivamente a la decisión individual de cada individuo, se consideraba como algo de su esfera privada. Pero si aprendimos algo de la reciente pandemia, esto no es así. El bienestar y la salud es cosas de todos.
Actualmente se hace insostenible los niveles de estrés y ansiedad, los cuales afectan en la productividad y en el absentismo de los colaboradores. Por ello, las organizaciones han empezado a ser más proactivas al facilitar el bienestar de sus colaboradores, promoviendo una salud holística con el objetivo de reducir el burnout y el estrés, mejorar el compromiso y la salud de sus equipos de trabajo.
Hasta ahora, muchas organizaciones han empezado a tener iniciativas en este sentido a través de promover el ejercicio físico o tener fruta y comida saludable en sus espacios de descanso. Pero ¿es esto suficiente para satisfacer las necesidades de bienestar y promover un entorno de trabajo efectivo y satisfactorio para los colaboradores?
Sin duda, es un primer paso. Quizás para avanzar sea necesario desarrollar una cultura de bienestar en la empresa. Entre otros aspectos, requiere el diseño de planes de bienestar que reconozcan la importancia de esta materia en todas sus facetas: físico, emocional, mental, interpersonal y profesional. Requiere un compromiso firme en dar recursos y espacio a los colaboradores para que puedan hacerse dueños de su autocuidado.
Para que un plan de bienestar tenga éxito, es necesario que cumpla los siguientes requisitos:
· Abordar tanto los problemas individuales como organizacionales.
· Basarse en la evidencia e identificar los problemas de salud de manera holística en el trabajo.
· Ser accesible para todos buscando una alta participación, aunque sea voluntaria.
· Evaluar y revisar el plan con regularidad para asegurarse de que sea eficaz y sostenible.
· Comunicar el compromiso firme de la organización con el bienestar, en otras cosas, creando un equipo que participe activamente en el plan y las iniciativas de bienestar.
· Tener una ambición a largo plazo, con el objetivo de crear una cultura de salud y bienestar.
El bienestar y la satisfacción de los colaboradores tienen una implicación directa en los resultados. Los empleados felices y saludables son más productivos, creativos y comprometidos. Ya lo decía Simon Sinek, "El verdadero rendimiento de una organización se refleja en la salud y la felicidad de sus empleados. Las empresas que priorizan el bienestar no solo impulsan la productividad, sino que también construyen cimientos sólidos para el crecimiento a largo plazo."