La industria farmacéutica está sufriendo una profunda transformación enfocada tanto a adaptarse a los nuevos retos como a adelantarse a los cambios. Alejandra López Ibáñez de Aldecoa
ALEJANDRA LÓPEZ IBÁÑEZ DE ALDECOA
ALUMNA DEL MBA MADRID
Actualmente la industria farmacéutica está sufriendo una profunda transformación enfocada tanto a adaptarse a los nuevos retos como a adelantarse a los cambios. Ejemplo de ello son los numerosos puestos de trabajo nuevos que se están creando o las reestructuraciones a gran escala que muchas compañías están emprendiendo con el fin de ofrecer soluciones a las demandas emergentes de nuestra sociedad. De este modo una buena estrategia, que tenga bien definidas las principales claves para gestionar la organización de la empresa así como para atraer y promover el talento se revelan imprescindibles.
Históricamente los principales mercados han sido los países desarrollados, en los cuales se ha dado cura a numerosas enfermedades de amplio espectro, a través del desarrollo de fármacos que han reportado enormes beneficios para las compañías (véase los llamados Blockbusters). Sin embargo, a día de hoy, esas necesidades se encuentran bien cubiertas y las patentes están expirando de tal forma que las empresas deben buscar nuevos nichos en los que aportar innovación y soluciones. Este panorama ha llevado a numerosas compañías a sufrir una profunda reestructuración focalizando sus inversiones en campos específicos y retirándolas de aquellos activos poco importantes. De esta forma, las farmacéuticas buscan especializarse en determinadas patologías que afectan a grupos poblacionales más limitados, permitiendo un aumento en la probabilidad de compra de sus productos así como un incremento en el precio de venta de los mismos. Se trata por tanto del desarrollo de Nichebusters que conviertan a la empresa en el referente del nicho específico en cuestión.
En conjunto, el panorama descrito pone de manifiesto la necesidad de diversificar los modelos de negocio buscando producir no sólo moléculas químicas, sino también adaptarse o especializarse en la producción de otras sustancias tales como los productos biológicos, vacunas o biosimilares. Así mismo se hace necesaria la búsqueda de nuevos mercados, prestando especial atención a las economías emergentes en las cuales se deben adaptar los catálogos de fármacos a las necesidades y posibilidades económicas de cada país. Todo este nuevo panorama de especializaciones y mercados lleva sin duda a la urgente necesidad de establecer colaboraciones y asociaciones entre empresas. Esto se traduce así mismo, a nivel de la propia empresa, en un mayor desarrollo del trabajo en equipo y de la comunicación y colaboración interdepartamental.
Considerando la globalización y la nueva era digital, resulta de especial interés la presencia y el correcto manejo de las nuevas tecnologías, por ejemplo el manejo de Big Data, y en particular de internet, con el fin de actualizarse y llegar de forma adecuada y en la mayor medida posible a todos los potenciales compradores. Unido a ello va otro concepto clave a tener en cuenta en las organizaciones que es la tendencia actual a considerar al paciente como principal objetivo y destinatario, y no tanto al proveedor como se venía haciendo hasta hace relativamente poco, buscando cubrir sus necesidades y tratando de establecer los mejores canales de comunicación y venta. Dada la enorme componente social de esta industria se pone así de manifiesto la necesidad de que las empresas se acojan a los códigos éticos (establecidos por EFPIA) con el fin de transmitir confianza y seguridad a los pacientes y a la sociedad en general.
Para que todos los cambios comentados anteriormente se produzcan con éxito, es de vital importancia contar con una plantilla de trabajadores bien formados y con talento. En primer lugar es necesario que cada empresa tenga una definición de talento que cubra sus necesidades y que se ajuste adecuadamente a la política de la empresa. A partir de ahí los puntos clave a seguir serían: 1) atraer a los empleados más talentosos; 2) conseguir que se queden en la empresa a largo plazo; 3) explotar todo su potencial en el seno de la compañía.
Para atraer a las personas más competentes es fundamental tener en cuenta dos aspectos, lo atractiva que resulta la empresa y el adecuado funcionamiento del departamento de recursos humanos, formado a su vez por empleados bien preparados que conozcan el manejo de diversas técnicas de selección y seguimiento. Las políticas de promoción interna, formación continua, bonus salariales, establecimiento de objetivos por grupos e individuales, conciliación familiar, son en conjunto medidas que harán que un empleado opte por trabajar en una empresa y quedarse o bien marcharse por insatisfacción a trabajar con la competencia.
Se necesitan mecanismos de filtro que permitan seleccionar a los mejores candidatos pero también se necesitan políticas de motivación para que, una vez seleccionados, decidan quedarse. En este sentido los métodos usados por RRHH para conocer mejor la productividad y las características de cada empleado tales como el establecimiento de sistemas de competencias, permitirá a la empresa decidir quiénes son los empleados más valiosos para la misma y quiénes y cómo deben ser promocionados o motivados obteniendo así el máximo rendimiento de cada empleado. Sin embargo es igualmente necesario proveer a dicho trabajador de una formación continua que le permita estar actualizado y adquirir nuevas competencias mediante cursos, congresos, etc. Igualmente conocer bien a los empleados y disponer de una amplia red de trabajadores con talento permitirá a la empresa desarrollar un plan de sucesiones que garantice el correcto funcionamiento de la misma a largo plazo. Por todo ello la correcta gestión del talento es fundamental para desarrollar una empresa de éxito.
En conjunto podemos concluir que, las claves para el éxito de una compañía a nivel organizativo y de gestión del talento pasan por la especialización, la actualización, la asociación, la transparencia, el trabajo en equipo y por el desarrollo paralelo de políticas de reconocimiento, promoción y valoración del talento en el seno de la empresa.