¿La industria al servicio del paciente y del HCP o viceversa?
Existe un intenso debate en los foros del mercado farmacéutico con dos posturas, a priori, bien diferenciadas:
1.- Unos abogan por la creencia de que es la industria farmacéutica la que mueve los hilos de hacia donde va el desarrollo de fármacos para determinadas patologías y mueve el mercado a su antojo.
2.- Otros apuestan por la vertiente de que es el mercado, la calle, los pacientes, los HealthCare Professional (HCP) los que en función de la prevalencia, gravedad o carga de distintas enfermedades obligan, en cierto modo, a la industria a intentar poner solución o aliviar dichas cargas.
Si analizamos estas dos situaciones podemos intuir que, en la primera, la industria aparecería como un mero comerciante de salud que, en función de su rentabilidad, innova, investiga y comercializa aquello que le suponga mayor rédito dando la espalda al resto de enfermedades y pacientes. En el segundo caso, sin embargo, sería el buen samaritano que, olvidándose de sus posibles beneficios, sólo quiere cuidar, mimar y arreglar los problemas sanitarios del mercado donde trabaja.
No haría falta ser muy avispado para entender que estos dos polos que parecen tan opuestos, en realidad, van de la mano.Es la investigación, el conocimiento y su divulgación por parte de la comunidad científica, los que ponen en nuestras manos unas herramientas que la industria farmacéutica utiliza para mejorar la calidad de vida de sus pacientes. Toda esa labor renta un beneficio que se usa para emplear a cientos de miles de trabajadores en todo el mundo y para poder seguir investigando y luchando contra las enfermedades que asolan la población mundial.
Enseguida podemos pensar en vacunas, tratamientos contra el VIH u oncológicos, pero no es necesario ir tan allá. Existen múltiples patologías banales que hacen que el día a día de millones de pacientes sea un auténtico calvario sin que, por eso, haya que temer por su vida. Para esas patologías la industria también aporta soluciones.
Lanzamos, pues, un merecido reconocimientos a tantos profesionales (científicos, investigadores, farmacólogos, médicos, registradores, comercializadores, farmacéuticos, asesores, etc., etc.) que hacen de su trabajo un motivo de orgullo para la sociedad en la que trabajan.