FOMO, JOMO o poner un post en Instagram por el día mundial. Nada de esto es una estrategia digital.
Por el título del artículo, parece que solo nos dirigimos a esa generación que habla con siglas y emojis, pero esto es un secreto a voces: El mundo digital avanza muy rápido y la industria farmacéutica no puede permitirse vivir con el miedo a crear estrategias digitales en las RRSS. Son las reglas del juego (que no las he inventado yo) pero parece que nuestro sector se resiste a cuestionar y prefiere seguir jugando a las canicas en vez de probar la play 5.
Las agencias de salud, que vivimos con el vértigo de ser analógicas en tiempos digitales, experimentamos a menudo lo que en lenguaje GENZ se llama FOMO (Fear of Missing Out) o para que los boomers nos entiendan, es esa sensación de ansiedad por perdernos algo que queremos hacer, porque vemos que los demás lo hacen.
Y por otro lado tenemos el antónimo, el JOMO (Joy of Missing Out), que es el movimiento que nació en contraposición al FOMO, y que nos insta a una desconexión de las redes, a no mostrar nada y ser recelosos de nuestra intimidad. Por eso el JOMO nos seduce con esa "maravillosa" tranquilidad de desconectar, de evitar riesgos, en un entorno altamente regulado. Pero ¿Estamos haciendo lo correcto? ¿Y si pudiéramos encontrar un equilibrio entre ambos?
El FOMO en la industria farmacéutica es real y duele.
Confieso que a mí me da un FOMO tremendo observar las estrategias digitales de otros sectores, siento una punzada de envidia profesional. "¿Por qué nosotros no podemos hacer eso?", nos preguntamos mientras scrolleamos por el feed de Instagram viendo challenges virales y contenido que engancha, mirando con deseo esas campañas que generan miles de interacciones mientras nosotros celebramos conseguir 80 likes en un post sobre el Día Mundial X, y eso duele.
Pero, quiero dejar claro, que este FOMO que sentimos, no es solo por las cifras del famoso engagement; es porque creemos en el verdadero potencial de las RRSS, de conectar de manera más profunda y efectiva con nuestras audiencias y eso nos da vértigo, porque lo vemos como un abismo en lugar de una oportunidad.
El JOMO: ¿Confort o conformismo?
El JOMO en cambio nos reconforta. En nuestro sector a menudo se traduce en un suspiro de alivio: con los pensamientos de nuestros CMs (Community Managers) como "Bueno, al menos no tenemos que estar pendientes 24/7 de las redes sociales" o "Mejor no arriesgarse con contenidos polémicos, que luego vienen los problemas". Sin embargo, ¿no estaremos usando las regulaciones como escudo para evitar la innovación? Es hora de cuestionar si este "alivio" no es más que una pausa de la industria, quizá ya demasiado larga, en la zona de confort, aislando inseguridades, no asumiendo riesgos y renunciando su propio espíritu emprendedor, siendo líderes en soluciones para miles de pacientes y ahora ocultos en la deep web.
Es hora de innovar (con el permiso de Farmacovigilancia)
Vale, ya está bien de autocompadecernos. Es momento de desafiar el status quo. Las agencias y la industria tenemos los recursos y el potencial de crear estrategias digitales que sean tanto innovadoras como responsables. No necesitamos imitar a otros sectores; podemos -y debemos- ser pioneros en nuestro propio terreno.
No importa si sentimos FOMO o JOMO, tanto da, porque no dejan de ser emociones. Las agencias tenemos el deber de proponer salir de la caja, (frase que a todos nos resulta familiar) y es nuestro deber decir:
- Más allá del post del "Día Mundial de X”: Subir un post en Instagram el día mundial DE, no es una estrategia digital para tu campaña, es el mismo servicio que te daría un email.
- Abraza la bidireccionalidad: Alerta, spoiler, las redes son para interactuar: si no queremos que se generen conversaciones, entonces no es tu canal.
- Influencers, pero no como los conoces: Olvídate de los mega-influencers. Busca historias reales, profesionales de la salud apasionados o divulgadores que puedan generar un contenido útil y riguroso para lxs usuarixs.
El reto para la industria y las agencias
Es hora de que las agencias y la industria farmacéutica demos un paso al frente. Sí, tenemos regulaciones. Sí, debemos ser cuidadosos. Pero eso no significa que tengamos que ser aburridos o invisibles en el entorno digital.
Si en la película de Moneyball, una industria tradicional como el beisbol, consiguió utilizar el big data para no quedar obsoletos ¿cómo no vamos a utilizar las redes para conocer los datos y aspiraciones de nuestros pacientes?
El verdadero FOMO debería ser el miedo a no conectar con nuestras audiencias, a no educar de forma efectiva, a no aprovechar el potencial increíble que tenemos entre manos.